Viaje a Asturias y Cantabria, donde además de comer bien (y mucho) (sobre todo si estás recién llegado de Bulgaria), cada vez que te asomas a un precipicio tras el que parece terminar el mundo, descubres que no sólo no es el fin, sino que dan comienzo otros lugares que empiezan dentro del corazón, y se despliegan en la inmensidad del mar que hay delante de tus ojos y el infinito verde que hay tras tus espaldas.
Santillana del Mar.
martes, 19 de octubre de 2010
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