
Novela sencilla de leer, narrada en primera persona y dirigida a nosotras, como si
fuésemos su hermana y nos estuviese contando todos sus problemas personales de una manera dulce y entrañable. Es como un remanso de paz y muy agradable de leer aunque no exenta de mensaje. Es la lucha entre la vida que transcurre a primeros del siglo
XX en china, osea el Este, y los vientos nuevos que vienen del Oeste.
Kwei-
lan lleva una vida previamente escrita: casarse con un hombre que ya esta elegido antes de nacer, sin siquiera conocerlo y sin importar si se aman o no. Le toca representar el mismo papel que otras mujeres orientales, como ser educada no para ella misma, sino que gira totalmente en torno al hombre, es decir, saber como ser una buena mujer, una buena esposa y una buena madre; su fin primordial es hacer nacer a un hijo varón como primogénito o ser despreciada e ignorada por siempre. Pero, asombrada ante las cosas que capta a través de los ojos de su hermano, de su esposo y de su cuñada,
Kwei-
lan va viviendo en su interior los contrastes de ambas culturas, y se abre para ella un nuevo mundo lleno de
posibilidades en que el amor lo puede casi todo. Lo recomiendo, me ha encantado.
Ojalá se abrieran bien los ojos del mundo, y todos los seres humanos despertaran un día respetándose los unos a los otros, partiendo desde cero teniendo sólo en cuenta que somos personas y no colores, sexos ni religiones.
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