martes, 21 de abril de 2009

LA VERGÜENZA DEL YAK-42

El juicio, que ha contado con la declaración de una veintena de testigos en las nueve sesiones en las que se ha desarrollado, comenzó el pasado 24 de marzo con la declaración del general Navarro. El principal acusado admitió que pudieron "bailarle" nombres y números en la relación de cadáveres que elaboró tras la catástrofe, aunque atribuyó los posibles "errores" a las autoridades turcas. Ramírez y Sáez, por su parte, se limitaron a señalar que siguieron las órdenes de su superior y que nunca dudaron del procedimiento que estaban llevando a cabo.
Los aspectos esenciales del testimonio de Navarro fueron contradichos en la séptima jornada de la vista por dos forenses turcos que participaron en las labores de reconocimiento, que aseguraron que el general "insistió en llevarse" los 30 cadáveres no identificados porque "el equipo español tenía que llegar al funeral que se iba a celebrar en España". Además, uno de los médicos, Bülent Sam, aseguró que Navarro estaba "consciente" pero "olía a alcohol".

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